miércoles, 2 de diciembre de 2009

a través de la ventana..

jc y yo nos dirigimos en carro todas las mañanas al trabajo, generalmente voy de copiloto y disfruto mucho observar la ciudad y la rutina de las personas..
por lo regular salimos a la misma hora que nuestro vecino de enfrente con quien aún no hemos encontrado un buen pretexto para iniciar una conversación. antes pensaba que sería agradable simplemente ir y presentarnos, pero su manera de conducir al estilo rápido y furioso es un poco intimidante (supongo que ese es el objetivo)
, unas cuadras después nos encontramos casi siempre a una señora que sale a caminar con su perrito chihuahua, vemos una imágen de la virgen de guadalupe acompañada de un embotellamiento que desaparece mágicamente después de las 8, seguida de una fila de personas tratando de rebasarnos por el carril derecho por que se les hace tarde para ir a trabajar, luego pasamos por una calle en la que hay un almacen donde venden sillas y mesas para niños (siempre me pregunto que tan seguido venderán algo)y al lado, un viejito bien abrigado mira a la gente pasar desde la puerta de su casa, apoyado sobre sus muletas (creo que dependerá de ellas de por vida), unas cuadras más adelante una pareja de la tercera edad instala un puesto de jugos naturales en la puerta de su casa y la tortillería empieza a atender a sus primeros clientes, después esquivamos muchos semaforos para ahorrar un poco de tiempo y pasamos junto a una carreta de tacos que despide un olor parecido al sudor de toda la gente que a esas horas mientras la mayoría nos dirigimos al trabajo se puede dar el lujo de salir a trotar o ir al gimnasio.
creo que tengo buena memoria fotográfica pues casi siempre me doy cuenta cuando pintaron una casa, cuando colocan una nueva señal de tránsito, cuando se está realizando alguna construcción, quién puso el primer arbolito de navidad o incluso cuando alguien ha arreglado su jardín. Todo esto mientras escuchamos el programa de "la papaya" en la radio, todo esto mientras cantamos una canción o le cuento a jc lo que soñé la noche anterior para no olvidarlo, todo esto mientras platicamos un poco para tratar de ignorar el pinche frio y la hueva de levantarnos temprano.
talvez la mayoría de la gente sale de su casa por las mañanas con el estómago vacío y con tanta prisa que no se detienen a observar el mundo en el que viven, talvez su rutina es tan repetitiva y demandante que es difícil poner atención a otros detalles aparte de las deudas y tareas pendientes.

alrededor de las 6 de la tarde el mundo se vuelve un caos, la gente regresa con desesperación al interior de sus hogares a descansar y olvidarse de todo lo que existe afuera.. y talvez ni siquiera tuvieron oportunidad de apreciar el atardecer o escuchar el canto de las aves.
afortunadamente jc y yo no tenemos que lidiar con el tránsito a esas horas y usualmente cambiamos de ruta para evitar la molestia de ir con el sol en nuestras caras.. pero son esos detalles aparentemente insignificantes los que me hacen sentir que cada día es único y especial.
hace una semana pasamos por una calle que en días de lluvia se convierte en arroyo (esta vez solo había un poco de lodo) y entre la gente que iba y venía, entre los vendedores ambulantes, los niños en bicicleta, la basura amontonada esperando ser arrastrada por la próxima corriente y el caos vial, nos detuvimos en un tope y de repente una garza blanca aprovechó el momento para cruzar la calle caminando con toda tranquilidad frente a nosotros.. fue como si el tiempo se hubiera detenido solo para que pudieramos apreciar la belleza de todo el mundo depositada en una delicada ave que a nadie más le importó.

me hizo pensar que si quitaramos los autos, la basura y todo lo construido por el ser humano quedaría pura y auténtica felicidad.. solo tenemos que apagar la tv, el radio, la compu y asomarnos por la ventana para cerciorarnos de que lo más hermoso de la vida sigue ahi esperando que le pongamos un poquito de atención.
esa ave fue un pequeño recordatorio personal que hizo que ese dia fuera más significativo... y me hizo sentir qe sin duda aún hay esperanzas :)




1 comentario:

joel dijo...

como dice el dicho "las mejores cosas de la vida son gratis" muchas veces esas "pequeñas" cosas son las que nos dan alegria, tranquilidad, esperanza. a veces subo a la azotea de mi casa para admirar la vista que tengo del atardecer, las montañas de los alrededores y las luces de la ciudad. Me relaja y me da energias.